En arquitectura, las instalaciones eléctricas forman parte de la infraestructura que permite que un edificio funcione sin que se perciba su complejidad. Una solución que representa fielmente esta idea es la Caja de suelo 52, diseñada para integrar el cableado de forma segura, discreta y adaptable, anticipando las necesidades técnicas de los espacios actuales y futuros mientras mantiene la estética.
El concepto es sencillo: alimentar puestos de trabajo o reservar espacio para futuras instalaciones desde el suelo, manteniendo la superficie despejada y ordenada. El diseño se adapta a cualquier entorno: puede instalarse en suelos técnicos o pavimentos macizos, con diferentes alturas (de 40 a 160 mm), lo que permite integrarlas tanto en edificios de nueva construcción como en rehabilitaciones o ampliaciones.
En este sentido, la Caja de suelo 52 tiene la ventaja de no condicionar al proyectista al momento de ampliar o modular un espacio, permitiendo adaptarse a las propias necesidades de la obra. Gracias a esa capacidad de adaptación, esta caja es muy utilizada en lugares como salas de reuniones, oficinas, bibliotecas, recintos para eventos, entre otros.
Un aspecto técnico clave es su tapa estanca, que protege el interior. Este componente convierte al sistema en una opción idónea y segura incluso para entornos donde se requiere limpieza frecuente, como hospitales, centros educativos o edificios con fregado de suelos con agua.
Su presencia es casi invisible por las tapas pavimentables o de acero inoxidable para una integración completa con el suelo del espacio. En el momento de conectar los servicios de la caja con el puesto de trabajo se puede hacer conectando una torreta o una tapa con salida de guía articulada (que permiten alimentar el mobiliario mediante el Sistema de alimentación de mobiliario 51).
Si quieres saber cómo montar nuestra Guía articulada abierta 51, mira este vídeo.
Cada perfil profesional encuentra en la Caja de suelo 52 una ventaja distinta, pero todas convergen en uno mismo: la fiabilidad.
Para el arquitecto o proyectista, la gama ofrece libertad de diseño. Permite planificar accesos a energía y datos sin interferir con la estética del espacio, integrando el sistema dentro del suelo sin alterar la continuidad visual. La posibilidad de elegir entre diferentes tapas permite ajustar el acabado al carácter del edificio y al nivel de exposición de cada zona.
Para el instalador, el beneficio principal es la facilidad de montaje. No requiere puesta a tierra ni nivelación previa con el suelo. La caja puede recortarse una vez colocado el pavimento, lo que reduce tiempos y simplifica la ejecución. Además, la separación de servicios dentro de la caja asegura la independencia entre las líneas eléctricas y de comunicación, reforzando la seguridad y la claridad de la instalación.
Para el distribuidor, la gama 52 representa un producto versátil, de aplicación transversal, que responde a las demandas de varios sectores -espacios de trabajo, sociosanitario, rehabilitación de viviendas, entre otros- y que se integra con facilidad en proyectos de diferente escala. De nuestra mano, el stock nunca falta: mantenemos todas nuestras referencias disponibles. Además, gracias a nuestra política de venta exclusiva a distribuidores, reforzamos la cadena de valor del sector eléctrico.
Para el usuario final, contar con la Caja 52 le permite tener disponibles puntos de acceso desde el suelo, que se pueden adaptar y modificar en función de la evolución de las necesidades.
En conjunto, el sistema aporta una solución técnica coherente, que simplifica la obra y refuerza la relación entre los distintos actores del proceso.